“Jesús Nazareno, Rey Poderoso a pedirte vengo como generoso que las penas mías se conviertan en gozo. Redentor Divino que a las tinieblas das luz consuela mi alma triste por las tres caídas que te diste con el madero Santo de la Cruz. Jesús Mío ven a mí con tu corona de espinas, con tu costado abierto con tu soga a la garganta y a la cintura. Jesús mío, que mis ojos vean, tus oídos oigan lo que te pido mira Jesús las lágrimas de quien tanto te amó en la tierra. te ama aún más ardientemente en el cielo. Oye Jesús nuestras oraciones por las lágrimas de tu Santísima Madre”
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